INSOMNIO INFANTIL POR HÁBITOS INCORRECTOS
Es el trastorno del sueño más frecuente entre los niños, afecta a más del 30% de la población infantil. El problema se inicia y se mantiene por una deficiente adquisición del hábito del sueño, existiendo una distorsión y desestructuración por asociaciones inadecuadas que el niño hace con su sueño.
Se caracteriza según Estivill (1994):
Ø Dificultad para iniciar el sueño solo.
Ø Multitud de despertares nocturnos ( 3-15) e imposibilidad de conciliar el sueño de forma espontánea y sin ayuda.
Ø Sueño superficial que hace que se despierte ante cualquier ruido.
Ø Duración total del sueño menor de lo habitual para su edad.
El sueño y la alimentación son unos de los primeros hábitos que los niños aprenden, y también son unos de los grandes problemas con los que se enfrentan los padres.
Establecer unos buenos hábitos ayudarán al niño a adquirir autonomía, confianza en sí mismo, e independencia.
El tiempo dedicado al sueño varia con la edad, pero la calidad de ese sueño es lo importante para que no aparezcan problemas futuros.
¿Cómo es el sueño en los niños?
Del nacimiento hasta los 6 años



Es el momento de empezar con la educación. Ya que su sueño empieza a parecerse al del adulto, aunque hay despertares frecuentes la mayoría de las veces es capaz de dormirse solo.

Duermen entre 11 y 12 horas con un par de siestas al día.


¿Cómo establecer unos buenos hábitos de sueño?
Todos necesitamos un buen descanso, que nos permita enfrentarnos a las tareas diarias.
Una buena manera de conseguirlo es enseñando a nuestros hijos unas rutinas.






Es importante que nuestro tono sea siempre y a pesar del momento tranquilo, sin chillidos ni amenazas esto no arregla la situación sino que crea un clima de crispación.
Se recomienda que mientras duren estos episodios que los padres se turnen en este quehacer.
Instaurar los hábitos implica paciencia y constancia pero se consigue y son duraderos.